El hombre femenino

Hace unos días asistí a un curso llamado “Pon un clown a tu ego”, y del cual me gustaría comentar al respecto. Pero como ya sabes, aprovechare para comentar cosas que pueden serte útiles además de poner un poco de contexto, si no, no se entiende nada.

Antes de empezar, debo nombrar que ha sido muy alentador ver que existen también actividades holísticas en otros puntos del mundo. No es que lo dudara, por el hecho de pensar que eso solo ocurría en el sudeste asiático, sino por que simplemente no lo conocía y no lo practicaba cuando estaba residiendo en Europa, por lo cual ha sido nuevo para mi. Por descubrir entre otras que mi querida Santa Coloma tiene varios centros de Yoga por ejemplo ha sido muy bonito. Yoga One Santa Coloma, (www.yogaone.es/es/yogaone-santa-coloma) por si alguien se anima es al que yo estoy asistiendo. 

Además de estas actividades de mi centro, he sido invitado a otras sesiones de una crack, llamada Anahí Rando (www.anahirando.com), mi nueva maestra holística en Terrassa (Barcelona), la cual recomiendo encarecidamente. Obviamente esta derivación vino de mi querida Susana, fuente de inspiración constante esta chica para mi. 


Así que ahí que fui a descubrir y a explorar, ya sabes que esta es mi palabra favorita actualmente. Después de varias semanas de sesiones, ha sido una experiencia muy emotiva compartir en mi propio idioma momentos espirituales, además de meditaciones y seguir trabajando en conocerme y descubrirme. Durante la última de las sesiones, fui invitado a un taller para trabajar el “ego”. Este es un tema en el que llevo trabajando mucho tiempo y veo que me queda un largo camino, así que como iba a decir que no. Nunca se sabe si esa actividad te va a cambiar la vida. Allá que fui. 

En este curso, intentábamos reírnos con nuestro ego, ponerlo en jaque y bueno realizar algunas dinámicas que nos hacían estar muy fuera de confort. Hasta aquí me pareció muy interesante, pero hubo dos puntos que marcaron.


El primero fue el gran dinamizador que conducía el taller, Jaime Xicola. Me impresiono ver cómo cambiaba de personaje totalmente cuando simplemente se ponía una nariz de payaso. Increíble. Que técnica teatral mas impresionante. Me hizo ver que al final una misma situación puede ser vista y tomada desde muchos puntos de vista y formas diferentes depende las gafas que te pongas. Por cierto, hago un pequeño inciso, a raíz de esto me he apuntado a un curso de improvisación teatral.  Empiezo la semana que viene, creo que puede ser una técnica muy interesante para seguir trabajándome. Ya te contaré. 

Bien volvamos al tema, las dos cosas que me impresionaron fueron ver que una de las técnicas que se usó, era intentar ver si nuestra persona caminaba por la vida, (el ego) lo hacía tirando de mente, de emoción o de tener los pies en el suelo, de control. Digamos como del chakra 1 el de la raíz. 

En él me di cuenta que yo siempre he “tirado” del de la mente como primera respuesta o, dicho de otra manera, soy un rallado que le da vueltas y vueltas a la misma cosa. Pese a ser demasiado emocional, podría decir que a mí lo que me paraliza es la mente. Realizando teatralmente esta actividad y caminando “de cabeza” es decir, poniéndola por delante como si fuera la que tirara del resto del cuerpo, pude ver que no se ve nada, que solo se mira al suelo. No estas viendo nada de tu alrededor. Solo estas en tus “mierdas”, y además dándole y dándole vueltas a la misma historia una y otra vez. Interesante gesticulación o representación de algo tan importante. 

Esto me hizo pensar mucho en mi forma de actuar cuando algo sucede, con que respondo primero y que consecuencias tiene. Recuerdo en este punto que ya hace muchos años mi amigo Jesús Azor me decía “el día que mires hacia delante y no al suelo, podrás ver cosas maravillosas”. Cuanta razón tenia ya. 

Y la segunda, y por esto quería compartir esta experiencia, fue un comentario que dijo Jaime. Durante el cierre de la sesión me conecte mucho con el cuando haciendo el debrifing final, empezó hacer referencia a los hombres que tenemos nuestra parte femenina muy elevada incluso mayor que la de la masculinidad. Algo con lo que conecto mucho. 

Y no os pasa, ¿que justamente cuando algo te resuena al poco aparece algo que habla de ello? Pues recibí este poema, que me sabe mal no saber quien es para poderlo citar, pero que me parece importante compartir. Igualmente te agradezco seas quien seas, de poner en palabras algo tan bonito y necesario de entender.  Así que ahí va… 

Mi amado Hombre:

A ti también te libero del cuento donde siempre tienes que ser el príncipe, 

el valiente o el rescatador, y por supuesto, el príncipe encantador.

Te libero del cuento donde buscas, rescatas, y amas solo a una princesa…

¡Qué tal que a quien amas es a la bruja, al dragón, a la campesina,

 a la que se rescata sola, a la que no vive en el castillo, 

a la que no es la más bella más que para tus ojos!

Te libero del cuento donde tienes que ser de un color: el azul.

Qué absurda manera de encasillarte habiendo un mundo de colores, 

sabores y oportunidades para ti. 

Vístete del color que quieras rojo, amarillo, negro, arcoíris ¡El que tu quieras!

Te libero del cuento donde siempre eres fuerte, el más valiente, 

el más guapo y el que por supuesto ya posee un castillo.

El que tiene tesoros y riquezas, o por lo menos alguna herencia.

¡A ti también te han dañado y te han impuesto estereotipos de valentía, posesión y fortaleza!

Te libero del cuento donde jamás se te permite llorar, 

donde la confusión, el caos y la derrota no existe, 

donde te has dado cuenta que tu papá no es un Rey.

¿Qué tal si no quieres ser el héroe?

Quizá se te antoja ser el villano, el que no puede, el que renuncia a todo, 

el que es salvado, y el que no quiere tener princesa o un cuento de: 

“Se casaron y fueron felices por siempre.”

Te libero del cuento donde siempre hay mil batallas, 

monstruos, dragones, oscuridad, 

y con ello la consigna de que para todo se tiene que luchar,

que todo es guerra y competencia.

¡Qué cansado debe ser tener que ser caballero en guerra por la eternidad!

Te libero del cuento, del hechizo, y del amor mágico e impuesto, 

para que mejor construyas tu mundo a tu manera, 

como tú elijas, y desde tu propia identidad.

Te libero del cuento y te cuento:
Nosotras ya aprendimos a rescatarnos solas.

No todas somos princesas frágiles,

ya no estamos dormidas ni atrapadas en nuestro cuento.
Amamos al hombre que ríe, juega, es inteligente, 

sarcástico, sensible, a veces miedoso y llorón.

Nosotras ya salimos del cuento y te esperamos en este lado, en la vida real donde tu puedes ser TÚ, y yo puedo ser YO… sin tanto cuento.

(Autor Desconocido)

Y sin más, creo que esto ya es suficiente como para cerrar el post de hoy, ya que creo que, si entendiéramos esto, tendríamos muchas cosas resueltas en nuestra sociedad. Con mis reflexiones como siempre no pretendo cambiar la idea de nadie, pero si poner una semillita para hacer pensar, al menos plantearnos que las cosas “pueden” ser diferentes a las que sabemos, conocemos o nos han enseñado. 

Por cierto, este poema lo he recibido ya que Jaime me ha invitado a un circulo de hombres, con compañeros de todo el mundo (sobretodo de España), algo que andaba buscando desde hacía tiempo. Si alguien estuviera interesado que me haga saber,

Ah¡ y por último un circulo de mujeres y hombres que se realizará el próximo 14 de Noviembre, ahí te lo dejo, a ver si te resuena 😉

Compartir es viure”  

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